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  • Rosario, Chile

Mi Belén de Valparaíso


A pesar de todas las gracias que Dios me había dado, el 24 a la mañana sentía la misma monotonía, no parecía para mí noche buena. Habíamos pactado que a la noche íbamos a ir a misa y luego recorrer las casas de nuestros amigos cantando villancicos. A causa de un incendio en donde se vieron afectadas 200 casas de un cerro de Valparaíso se cortó la luz y todo indicaba que íbamos a pasar la noche a oscuras. Aun así fuimos a misa e iniciamos las visitas, y aquí todo cambió en mí. Me di cuenta que el pesebre que no pude contemplar estaba ante mis ojos, lo estaba viviendo, estaba en Belén. Me sentí como los pastorcillos en búsqueda de Jesús y en cada casa lo encontré. Estando en el tiempo presente aun Dios quiere y nace en la pobreza.

Jesús nació en Paty y sus niños que prepararon su casa con globos y esperaban las doce para celebrar y cantar el feliz cumpleaños al niño Dios. Nació en las lágrimas de Lili que estaba sola y no esperaba una visita. Vino como signo de esperanza en Maxi de 13 años, quien escribió una carta que su madre nos leyó emocionada, en la carta, el niño suplicaba por una Navidad diferente en su familia, ya que desde hace tres años para ellos era muy difícil, porque en esta misma fecha Maxi había perdido a su hermano. Dios me dio paz regalándome una oportunidad para ver a R. (la niña de mi primer carta), debido a que no había tenido la ocasión de verla y había dejado una angustia en mí, después de un problema familiar que la pequeña sufrió. El Señor se dio a nosotros como niño en la alegría de unas niñas que cantaron para nosotros después que terminamos los villancicos. Se dio a mí en Wilson y Steven, dos pequeños hermanitos que quiero muchísimo, ambos vivieron la misa de Navidad con nosotros y en los dos se despertó la curiosidad, la admiración y deseo de Cristo Eucaristía.

Al volver a casa la luz había vuelto y tuvimos una cena de Navidad ofrecida por una familia amiga. Ellos no solo se dieron a nuestra comunidad, sino que brindaron todo su corazón también al barrio en las visitas. Todo lo sucedido fue gracia y regalo de la providencia. En medio de la pobreza pude apreciar el Belén frente a mis ojos y a la vez sentir más profunda las cruces de mis amigos, pero con esto entender mejor por qué Dios vino al mundo. Él nos amó y ama tanto que eligió desde su grandeza, hacerse pequeño, niño,... Eligió nuestra pobreza, eligió hacerse hombre, para cargar nuestros sufrimientos, nuestras cruces y llevarnos a la Salvación.

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