"Sí, estaba frustrada, enojada y con mucho dolor. Recuerdo decirle a mi comunidad: “No tengo esperanza, nada en la vida de nuestra amiga va a cambiar. Estoy rota. No puede ser tan difícil salvar una persona. Ya entendí cuando las personas hablan de que el sistema falla. El sistema le falló a ella”
Providencialmente en ese tiempo comencé a leer al Padre Alberto Hurtado, fundador del Hogar de Cristo. En uno de sus libros escribió lo siguiente: “El alma se siente sobrecargada por una gran angustia. La miseria del mundo, que se ha ido a vivir en su alma, tortura el alma. El corazón va cómo a estallar. Ya no puede más. Las entrañas se aprietan, la angustia sube del corazón y estrecha la garganta. ¿Qué hacer Señor? Hay que declararse impotente, aceptar la derrota, gritar: ¿Sálvese quien pueda? ¿Hay que apartarse de ese arroyo mal oliente? ¿Hay que escaparse de este delirio? No, todos estos hombres son mis hermanos queridos”. "
תגובות