De Candelaria, Brasil
Martes 11 de febrero, mi primer día enterito en la Fazenda, algo del Ave María en portugués había estado aprendiendo antes de venir, pero el Padrenuestro todavía no…llegó la hora del Rosario, me senté en la capilla y al lado mío se sentó Melisa (9 años) Cada misterio lo dirige una persona, como ella llegó con el primero ya empezado, dirigió el segundo…. Al llegar el turno del tercero yo no atiné ni por asomo a guiarlo y ella con su mirada y expresividad tan evidente me cuestionó por qué no seguí yo, en un portugués que entendí bastante pero no recuerdo exactamente lo que dijo, me transmitió ¡no te duermas sino otros te ganan! Así fue que con su ayuda para el Padrenuestro guié el cuarto misterio. Con su espíritu de niño me hizo pensar en la importancia de primerear en la oración… si yo no rezo, quién? Habrá quienes recen por mí, pero nadie puede hacerlo en mi lugar. Se aprende a rezar, rezando… animarse a rezar, todos los días, habitar mi Santuario interior, donde Dios ha elegido hacer Su morada.