Desde un rotundo y repetido "Não vou estudar, não" durante casi dos meses, evolucionamos a un sorpresivo "hoje quem é que estuda comigo?" que ayer me hizo muy feliz. Parece que vamos logrando con Ernesto un ritmo de estudio. Hablo en plural porque la nueva estrategia es que, cada día, alguien pueda dedicar un tiempo para estudiar con ellos. Somos más los que ayudamos y, tal vez, escuchado con distintas voces, resulta más claro el mensaje: ¡você tem que estudar!
El otro día tenía una tarea sobre el sistema solar y le tocaba leer en clase para exponer el trabajo del grupo. No quería porque no lee muy bien: "Não vou ler não, vou passar vergonha!". Lo convencí de intentar, y comenzó muy bien la primera oración así que lo felicité. Sonrisa gigante. Siguió leyendo. Después de un par de ensayos, cambió completamente la sentencia: "Vou ler como repórter / ¡Voy a leer como periodista!”.