Cada jueves, desde hace unos meses, vamos a visitar un hogar de niñas. El tiempo compartido con ellas, los esfuerzos que hacemos por ayudarlas y acompañarlas en su educación, son momentos que están revolucionando mi corazón, mi vida entera. La única regla antes que todas es el amor.
No puedo ser indiferente a sus dolores, porque es algo que lo expresan en sus miradas y sus comportamientos. Se puede notar en sus rostros la falta de amor y su incansable búsqueda de ser miradas y abrazadas con esa fuerza que las quita por un momento del desamparo.
![](https://static.wixstatic.com/media/07bfb0_6503dfe2cf214498a9d62f2692d10031~mv2.jpg/v1/fill/w_140,h_109,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/07bfb0_6503dfe2cf214498a9d62f2692d10031~mv2.jpg)