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  • Foto del escritorPuntos Corazón

Ate Liliana y la fuente de su fortaleza

De Jazmín Villalba, Filipinas:


Ate Liliana es amiga de nuestro Punto Corazón desde 2005 y hace 21 años que vive en la calle.

Ella viene cada jueves, cerca de las 8 am, a desayunar con nosotros y después pasa horas en el baño, lavando su ropa, tomando una ducha, limpiando sus cosas personales. Después almuerza con nosotros, luego toma una siesta, y rezamos juntos el rosario a las 15, a veces sigue descansando hasta cerca de las 18 que su esposo, Kuya Domingo, la viene a buscar, para volver al lugar donde duermen.


Tiene tres hijos, uno de ellos fue asesinado hace unos años. En el dolor que aun siente, ella cuenta siempre la historia de cómo vio morir a su amado hijo y nosotros, como si nunca lo hubiéramos escuchado, abrimos nuestro corazón una vez más para escucharla y abrazarla.

Así como María, ella sigue de pie junto a su cruz y se mantiene aferrada a su fe, sosteniendo con fuerzas el Rosario, pidiendo a la Virgen su intercesión y protección y al mirarla comprendo que nunca podremos estar junto a nuestra cruz, sea cual sea, y al mismo tiempo estar de pie si no es con María y en María.

Si se detienen en su mirada, pueden notar que es una mirada llena de preguntas sin responder, agobiada y cansada por la vida que lleva, una mirada muchas veces dolorida, silenciosa, pero su mirada se llena de luz al hablar de la fuente de su fortaleza. Al hablar de Dios. Y nos dice que en nuestra casa ella vive el amor de Dios y es feliz.


Hace unas semanas las autoridades del barrio, por una denuncia de un vecino con quien su esposo había tenido una discusión, se llevaron todas sus cosas y le dijeron que se las van a devolver cuando tenga un lugar donde vivir. En tiempos de COVID-19, donde no hay trabajo, donde todo parece más difícil de conseguir, y tomando un segundo para pensar que hace 21 años que ella sueña con tener un hogar, recibir esta noticia, fue un gran dolor.

Ella sigue viniendo a nuestro hogar, buscando un poco de paz, un abrazo y un lugar para descansar, para que su corazón descanse, ella sabe que, en nuestra casa, se encuentra con amigos, con una familia, y con Dios. Y si bien estamos haciendo todo lo que podemos para tratar de ayudarla, les pido que recen mucho por ella, y por su situación.


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