De Leonela, Cuba
Durante este tiempo me he sentido un poco como la samaritana, con la necesidad de ir continuamente al pozo a buscar la fuente de agua viva, de sentir sed de Dios. Sobre todo cuando los días son intensos, cuando los encuentros con los amigos, son fuertes, donde abren su corazón, comparten sus alegrías, tristezas, lo que los agobia, lo que los conmueve, cuando los apostolados me interpelan, o cuando comienzan las preguntas, es en el sagrario, en la hora de adoración diaria, es en el amor de los amores, donde encuentro mi descanso, siento que él repara mis fuerzas y me envía a seguir amando, sin prejuicios, así como él me ama a mí, gratuitamente.
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