De Leonela Moreyra, Cuba:
El domingo 12 por la tarde fuimos a visitar a unos abuelos, Carmen y Edel. Durante toda la semana él llamaba para asegurarse de que íbamos a ir todas.
En ningún momento sospeché que Edel había planeado todo junto a mis hermanas de comunidad para que comience mi cumpleaños celebrando con ellos.
Cuando llegamos estaban todos sus hijos, que viven cerca de su casa y algunos nietos, todos para compartir conmigo un cake que habían comprado, con lo que significa gastar casi la mitad de su salario. A pesar de ser una persona mayor, continúa trabajando en la construcción porque su jubilación nos les alcanza para poder vivir. Compartimos un agradable momento, yo estaba muy feliz y emocionada con este gran gesto de ellos. Además de que me hicieron sentir como en familia, como que estaba en mi casa.
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