De Rosario Macor, Chile:
En esta misión el Señor me despojo de muchas cosas, me hizo muy pobre, hubo situaciones en las que sufrí mucho, pero fui muy feliz y no me arrepiento de ningún segundo entregado en sus manos porque gracias a esta misión mi vida encontró un sentido, gracias a Él y a ustedes padrinos que misionaron conmigo, descubrí el valor del número Infinito que muchos matemáticos intentan hallar y no se dan cuenta que su valor es el Amor. Gracias a Él y a ustedes, la hermosa cultura de este país, los momentos compartidos y aprendidos con mis amigos del barrio, la hermosa alianza familiar que teníamos con mi comunidad van a quedar en mi corazón como un dulce tatuaje que con gusto llevaré toda mi vida.
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