De Leonela Moreyra, Cuba:
El jueves fue un día distinto, de preparación, de saber que el Maestro estaba con nosotras compartiendo su última cena. Al finalizar hicimos el gesto que él hizo con sus amigos, lavarnos los pies unas a otras, qué difícil es a veces abajarse como él lo hizo, hacerse servidor de todos, hacerse el último, gesto cargado de tanta humildad y amor. Pero tan emotivo momento, lavar y besar los pies de mis hermanas, su humanidad, limitaciones, defectos, virtudes, talentos, todo lo que ellas son fue como dejar al descubierto nuestra alma para que sea alcanzada por su gracia y misericordia.
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