De Jazmín, de misión en Filipinas:
No quisieron jugar, pelearon en la pileta, se durmieron en la película, se aburrieron, querían volver... Yo pude ver el rostro triste de mi hermana Uyên y sentí que en su corazón se estaba preguntando qué había hecho mal para que todo esté resultando de esta manera.
A la noche las llevamos a la capilla que tenemos en casa y delante de Jesús Eucaristía, cada una escribió en un papel lo que quería pedir y al ofrecerlo a Él prendían una velita. Así podían recordarse que Él es nuestra luz. Fue realmente hermoso ver a 8 adolescentes en silencio, cada una de ellas concentrada en lo que escribía para Jesús. Ese momento fue suficiente para comprender que no vemos toda la realidad, que vemos sólo lo que nosotros queremos ver y que es fácil ver solo lo negativo o lo que no nos sale bien. Dios se hace presente en cada momento para recordarnos que Él está obrando. Y así fue como al finalizar el fin de semana, ellas preguntaron cuando iba a ser el próximo campamento.
Opmerkingen