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  • Foto del escritorPuntos Corazón

Es Él el que escucha y está presente.

De Leonel Lefevre, Chile:


Quiero contarles la historia de un amigo del barrio, de un amigo en quien descubrí que tan fuerte puede ser la sed, la sed de ser escuchado, acompañado, la sed de una presencia. La familia de Don N fue una familia amiga del Punto Corazón, pero por distintos motivos, dejó de serlo, pero nunca se olvidaron de nosotros. Apenas llegué a la casa, a los pocos días, Don N se acerca a nuestra casa nuevamente muy preocupado buscando ayuda. Una de sus hijas C, fue víctima de la droga y lamentablemente perdió la vida. Él se acordó que su hija en su adolescencia asistía al Puntos Corazón, por lo que vino a pedir ayuda, para ver si podíamos rezar por ella, por su eterno descanso y acompañar a la familia en el velorio. Con los chicos, no dudamos ni un segundo y ahí estuvimos, acompañando a la familia como la Virgen María en la muerte de su hijo. Acompañamos con nuestra presencia, oración y corazón, simplemente hicimos nuestra tarea. Pero lo que más me sorprendió, es que, al finalizar el velorio como forma de agradecimiento nos invitó a tomar una once (una especie de merienda-cena muy típica de Chile) en su casa. Fue un gesto que me llenó el alma, pero lo que más me sorprendió, ya estando en su casa, fue la enorme sed que tenía esta familia de ser escuchada, simplemente eso, de ser escuchados. La visita duró aproximadamente tres horas y media, de pura charla, parecíamos unos loros. Fue un encuentro muy pero muy lindo y a la vez me dejó un mensaje en mi corazón, que simplemente estando y escuchando uno puede hacer mucho, y más si uno lleva en su corazón a Dios, porque es Él el que escucha y está presente.



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