¿Dios realmente nace aquí también? Es posible que Dios quiera nacer aquí, en donde muchas veces la realidad me supera y desespera, donde muchas veces el dolor y las necesidades de los amigos me lleva a cuestionarme sobre la existencia de Dios, donde la soledad de los amigos me hace sentir que Él puede olvidarse de nosotros, donde la desesperanza de los jóvenes me hace doler el alma de una manera inconcebible, aquí mismo donde la vida se vive de una manera y en un tiempo diferente a la del mundo.
¿Qué es entonces esa Navidad ? Miro a María y a José que esperan a nuestro Salvador y todo se vuelve esperanza y comprendo que sí, que Dios también ama a este pueblo y es, por ese amor, y porque conoce como nadie este pesebre que se llama Cuba, que quiere hacer morada en el corazón de cada uno de nosotros. Y entonces, Navidad se vuelve ese amigo que, sorpresivamente, el Señor pone de camino al Mónaco (lugar donde compramos las cosas). Navidad es la visita de un amigo que no veía desde hace tiempo. Navidad es la alegría de los amigos al vernos. Navidad es el abrazo de alguien que no esperaba. Navidad son las lágrimas que comparto con un amigo por su dolor. Navidad es la misa de domingo repleta de niños. Navidad es ese gesto de amor de una hermana de la comunidad. Navidad es una salida con los jóvenes. Navidad es la cola de 4 o 5 horas en la que me hago amiga de algún que otro cubano y me cuenta su vida con lujo de detalles. Navidad es el oído que me prestan cuando necesito que alguien me escuche. NAVIDAD ES EL ACONTECIMIENTO DEL ENCUENTRO, EN DONDE DIOS SE ME PRESENTA A TRAVÉS DEL OTRO. Porque como dice Santa Madre Teresa, “Navidad es cada vez que dejamos a Dios amar a los demás a través de nosotros.”
Comments