De Jazmín Villalba, Filipinas:
Nuestros días resultan tan movidos que les admito, me estaba costando detenerme y vivir el momento presente con intensidad y profundidad. Me encontré, en cambio viviendo en la rutina del día a día, sintiendo que, aunque estaba haciendo muchas cosas, al final, no estaba haciendo nada, que mis días de misión estaban pasando, el tiempo estaba pasando y yo lo estaba perdiendo. Me pregunté muchas veces ¿Por qué Dios quiere que mis primeros pasos sean así? ¿Por qué no podemos salir y ayudar a nuestros amigos? Claramente no tengo la cura para el COVID-19, pero ponerme en el lugar de un superhéroe es algo que me resulta fácil de hacer… Y si salvar el mundo no está en mis manos, entonces con mis manos ¿Qué puedo hacer? ¿Qué me pide Dios hoy? ¿Qué necesita de mí?
Silencio y oración. Necesita que me detenga, que vuelva mis ojos hacia Él y que aumente mi oración.
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