¿Qué me dejó esta misión?

Hubo tantas personas hermosas que me brindaron el regalo maravilloso de su amistad, de entrar en sus casas, en sus vidas, de conocer sus historias, de tener su confianza. Me abrieron su corazón, me contaron sus dolores y heridas, me mostraron sus vulnerabilidades, y yo mostré las mías. Esta misión me enseñó a descubrir la belleza de lo simple, del ser, del estar presente. Porque en medio de un mundo que corre y no para, mi alma anhelaba una pausa, compartir la simplicidad de lo cotidiano, y poder vivirlo junto a los más abandonados y olvidados.