Hola! Soy Cynthia, oriunda de la ciudad de Corral de Bustos, pero resido en Villa María desde hace siete años. Tengo 27 años y en el 2017 me recibí de profe en educación musical. Pertenezco al grupo de Jóvenes Trinitarios y al Movimiento Círculos de Juventud. Dios me ha dado el inmenso regalo de servirlo cada domingo con mis hermanos en Cristo en el Servicio Musical de la parroquia Stma. Trinidad.
Conocí Puntos Corazón cuando estaba terminando el colegio secundario en el Instituto José Manuel Estrada de mi ciudad. En ese momento algo me tocó profundamente el corazón pero, con 17 años, me parecía algo imposible de realizar. De todas maneras esa chispa misionera ya estaba ardiendo en mi corazón. De a poco, Dios me fue mostrando el camino y así pude estudiar en Villa María, gracias a la posibilidad de vivir en las Residencias Estudiantiles de Cáritas. Tuve mi experiencia haciendo el retiro de Eslabón y esa llamita que se había encendido hacía varios años, volvió a arder con intensidad. En las peregrinaciones a Saladillo pude volver a escuchar los testimonios de los chicos misioneros con Puntos Corazón en Argentina. Así fue que gracias al acompañamiento espiritual en mi discernimiento de mis hermanos sacerdotes (¡Tienen el Cielo asegurado!); todos los momentos de encuentro profundo con Jesús; mis familias (la de sangre y la que tengo en Cristo: sin ellas no podría nada); finalmente, a principio de éste año me decidí a comenzar la formación con la Obra. Y en cada paso, Dios va reafirmando la certeza en el corazón de que esta aventura es cosa Suya. Por momentos, el camino se torna difícil, pero la oración es la fuerza y el motor de la misión, que ya comenzó en el momento en el que pude dar el SI, donde los miedos están, pero Jesús me tiende la mano con ternura para que caminemos juntos sobre ellos.
Por todo esto, con el corazón lleno de alegría te quiero contar que en Febrero de 2019 partiré al Punto Corazón de Salvador de Bahía en Brasil, durante 12 meses. Cuento con tu oración para llevar tu abrazo, tu mirada, tus brazos y tu sonrisa. Me embarco en esta locura de amor, como dicen cada mañana los niños en el jardín, “Con Fé, Amor y Alegría”. Que Dios te bendiga infinitamente y la Mamá del Cielo te proteja siempre. ¡Paz y Bien!