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  • Foto del escritorPuntos Corazón

Judit, futura misionera a Brasil


¡Hola a todos! Soy Judit y vivo en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Tengo 28 años y en el 2015 me recibí de Arquitecta y un tiempo después comencé a trabajar de dibujante hasta llegar actualmente a tener mi propio Estudio junto a una Ingeniera Civil, con quién nos conocimos en los grupos parroquiales de la Basílica Inmaculada Concepción, a los cuales pertenezco desde mi adolescencia y donde fui creciendo en la fe. Mi vida iba transcurriendo con normalidad, estaba “todo bien”, pero al mismo tiempo en mi corazón sentía una inquietud muy fuerte. Hace ya tiempo que, en mi oración y cuando me abraza el silencio, descubro que Jesús me llama a algo más: que salga de mi comodidad, de mis búsquedas y proyectos personales, y que me anime a hacer lo que Él me pide. Y es en ese momento de mi búsqueda vocacional que llega la obra a dar una respuesta a esas inquietudes. Conocía muy poco: sólo algunas publicaciones por internet. Pero decidí escribirles y comenzar las formaciones y con la fuerza de la oración, la Eucaristía, las personas que me aman y acompañan en mi camino de fe, pude dar este paso decisivo. Mientras escribo esto se me viene a la mente una canción del cantautor Pablo Martínez que dice “Qué trama, mi Señor, es la que estás entretejiendo. Tus modos son extraños, pero tan perfectos. Esa eterna costumbre de tus sendas misteriosas, pero impregnadas de Pascua...” Y es así… los caminos de Dios encierran un misterio que a veces nos sobrepasa, porque sus proyectos siempre son más grandes que los nuestros. Jamás pensé que Él se valdría de mí, que no tengo experiencias de misión, que siempre he estado en mi ciudad, protegida por mi familia, con una vida “ordenada” y que iba a darme semejante “sacudón” y pedirme que dé este “salto al vacío… Con la confianza de una niña que se arroja a los brazos de su Padre” (en palabras de mi amigo Sacerdote). Y eso siento: una confianza, una paz y una alegría inmensa que vienen de la certeza de no saberme capaz de esto… y que precisamente, por ese motivo, Dios va a ser quién obre en mí y se encargue de todo. El destino que Dios me preparó es Simões Filho, en Brasil. Y partiré en marzo de 2020 por 14 meses. Como está claro: sola no puedo ¡y necesito mucho de ustedes! ¡Necesito de mi Iglesia! Por eso los invito a que se sumen como padrinos y me acompañen con su oración. Y a cambio, prometo llevarlos conmigo.

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