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Foto del escritorAnalía Pasquali, Costa Rica

Disfrutando cada Avemaría

Ya les he contado muchas veces que a los niños les encanta venir a nuestra casa a la hora del rosario. Niños hiperactivos permanecen media hora durante esta oración sin ninguna queja, como Josué que, con sus 4 años recién estrenados, dice clarito las Avemarias. También niños que por diferentes razones tienen dificultad para hablar, como la pequeña Frida, que cuando entra en casa va directo a la canasta donde guardamos los rosarios, se pone uno al cuello y se instala en los brazos de Andressa. Frida nació con un corazoncito que por el momento “funciona a la mitad” (como me explicó su mamá para hacerme entender la enfermedad de su pequeña), pero con esa mitad disfruta de cada Avemaría, que pronuncia “en su idioma personal.”.


Frida, Andressa rezando el rosario

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