
El 25 de mayo fuimos con un grupo de jóvenes a jugar al fútbol ¿qué mejor forma de festejar ese día patrio, que tomando unos ricos mates mientras los chicos jugaban un partidito? Fue un momento muy lindo, y me ayudó a conocerlos un poquito más. Algunos de estos adolescentes, lamentablemente, no tienen una familia que los contenga o cuide; algunos de ellos, incluso, se relacionan con las bandas del barrio. Por eso, es importante para nosotros mostrarles que es posible pasar un momento agradable, de manera sana y sin violencia. Mostrarles que son amados, que hay otra realidad fuera del barrio; permitirles soñar y tener esperanzas de un futuro diferente.

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