Apenas llegué al país pude apreciar la belleza de la creación de Dios y la belleza de las personas que caracteriza a la mayoría de los salvadoreños.
La mayoría de las personas son humildes, gentiles y trabajadoras. De hecho, a la salida de la colonia hay un gran mercado central denominado “La Tiendona", donde la gente va a vender o a comprar productos para revender; se levantan muy temprano para salir a trabajar (a partir de las 3 o 4 de la mañana). No me dejo de sorprender del esfuerzo que realizan cada día, es algo admirable y ejemplar y pido a Dios que me dé la fuerza de voluntad de esa gente, en esos días en que el calor me pesa o simplemente no tengo ganas de realizar algo.
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