De José Manuel Toibero, Perú:
Su nombre es Francisco, tiene 73 años aproximadamente. En el momento en el que golpeamos su puerta estalló de alegría y de emoción por el reencuentro. La charla se fue dando y en un momento nos cuenta que su hermano había fallecido la noche anterior a causa del coronavirus. Era su hermano mayor al que era muy apegado, la noticia me congeló el cuerpo pero lo más interesante fue lo que dijo después: “sentí el chiflido del viento y me empezó a agarrar miedo entonces empecé a rezar, luego me entero de esta triste noticia.” Ahí, en ese momento, una lágrima cayó. Agregó “me hubiera gustado estar con él”. Aquí comprendí lo importante que fue nuestra presencia con él, ser un oído en estos tiempos de angustia, ser una presencia de Cristo en el mundo de hoy.
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