Fátima tiene 3 años, es vivaz, habladora y caprichosa y está muy dispuesta a jugar todo el tiempo, a cualquier hora con los toubabs. Su hermano Ousmann tiene 6 años, es muy atlético, tiene la sonrisa de un ángel y unos ojos tales las avellanas que reflejan dulzura y bondad. Cada vez que abro la puerta de casa, veo aparecer sus dos cabecitas, ya sea tras los barrotes de su ventana o directamente delante de mi puerta, seguidas de una exclamación: ¡Djamila Djamila Manga! Dicho esto si por casualidad estoy barriendo delante de mi puerta, siempre se ofrecen a ayudarme activamente. Fátima coge mi escoba, que es tres veces más grande que ella, y levanta el polvo por donde sea.