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Samuel, joven austriaco de misión en Villa Jardín

Amistad, futbol y ajedrez

En nuestro barrio hay muchos niños y jóvenes y a menudo se acercan a nuestra ventana y nos piden agua. Miran lo que pasa en la casa, preguntan qué hacen los demás y nos dan noticias de su vida. De vez en cuando, cuando nos ven cocinar les gusta ayudarnos.


Para mí, los niños son el corazón de la misión. Pasar tiempo con ellos es muy divertido. Los pequeños tienen una forma muy libre de expresarse. Una vez viajábamos en tren con un grupo de chicos, el mismo grupo que viene a jugar al fútbol. En el tren, toda la pandilla empezó a cantar la canción del Mundial. Todos aplaudían al ritmo y se unían en voz alta.


Amistad, futbol y ajedrez

Hay un chico en particular que me asombra, se llama Saul y tiene 14 años. Conoce nuestra casa desde que era niño y viene fielmente todas las semanas a jugar al fútbol. Al principio de la misión, aún recuerdo haberle conocido y saludado por la calle, pero 9 de cada 10 veces no recibía respuesta. Eso me molestaba pues todas las semanas venía a casa, rezaba el rosario con nosotros y luego jugaba al fútbol, pero después es como si no nos conociéramos. ¿Qué podía causar semejante cambio de comportamiento? El caso es que yo tampoco puedo responder con exactitud. Sin embargo, sé que Saul no ha crecido en una familia perfecta. Los vecinos también lo saben y a veces lo ayudan a él y a sus hermanos con algo de comida o ropa.

Una tarde estábamos con un grupo de chicos, entre ellos Saul, en nuestro jardín. Junto con Calin, les enseñamos a jugar al ajedrez. Me di cuenta de que Saul estaba muy atento y disfrutaba jugando. Después de la partida, preparamos una pequeña merienda con té y pan dulce. Por desgracia, sólo teníamos un poco de azúcar en casa y les dijimos a los niños que sólo podían tomar 2 cucharitas cada uno. Lo que ocurrió a continuación fue increíble. Saul se levantó de un salto, corrió a su casa y trajo azúcar. En ese momento, vi a Saul con nuevos ojos. Quizá esta persona necesite un poco de tiempo antes de poder dar su confianza, pero tiene un gran corazón.


La relación con Saul ha cambiado mucho en los últimos 9 meses. Lo que empezó con frialdad se ha convertido en una amistad. A menudo se acerca a nuestra ventana y habla un poco con nosotros. A veces nos ayuda a cocinar y una vez incluso nos trajo una torta que había hecho él mismo. Me asombra ver las maravillas que se esconden detrás de una caparazón duro.

 


Amistad, futbol y ajedrez

Samuel, voluntario austriaco de misión en Villa jardín en 2023

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