Después de 8 meses de misión tengo la convicción de que lo que recibimos de Dios, es mucho más de lo que merecemos y de lo que somos capaces de imaginar. Así ha sido todo este tiempo de misión, colmado de regalos, de gracias, de momentos y de detalles, de amigos, de amor. Todo ha sido una montaña rusa de emociones, de alegrarnos con los que están alegres y de sufrir con los que lloran. ¡Pero todo es gracia! En todo se manifiesta y se vive la sobreabundancia del amor. En cada momento se vive y se descubre que la presencia de Dios está detrás de todo y de todos.
Ornella Foglia
댓글