Macarena Gómez, Perú
¡Nuestros niños fueron los Reyes!

Para celebrar la Epifanía del Señor, o bajada de Reyes como la llaman aquí, nos sumamos a una tradición popular que consiste en vestirnos de Reyes Magos y cantar villancicos frente a las casas de los amigos. A las tres de la tarde salimos a la calle de esa manera y cantando acompañadas con una guitarra. Fue muy gracioso porque los vecinos no entendían nada y nos miraban raro. Notamos que muchos no conocían la tradición, y nosotras no sabíamos si íbamos a morir de vergüenza o del calor que hacía dentro de los trajes.
Gracias a Dios, el miedo al ridículo se fue enseguida. Bastó avanzar unos pasos, para que los niños tomaron nuestras coronas y comenzaron también a cantar. Esa tarde, ellos fueron los reyes. Nosotras, simples pastorcitas que aprendíamos de su entrega y de su entusiasmo por cantar y compartir la alegría.
Nuestros amigos se conmovieron con tan grata sorpresa. Algunos nos recibieron cantando, con palmas, otros con golosinas, pero todos, con enormes sonrisas que escapaban de las mascarillas.
