Lucy es una señora muy cercana a nuestra comunidad. Ella está casada y tuvo 5 hijos, varios nietos y bisnietos. Sin embargo, a pesar de su edad sigue trabajando.
Para mí Lucy es una mujer maravillosa, que se ha jugado la vida por su familia, estando siempre pendiente de darle todo lo que necesitaba. Si bien es una mujer de principios y de corazón noble, tuvo el infortunio que sus hijos no quisieron seguir sus pasos y su ejemplo... De los 5 hijos, uno contrajo problemas de movilidad a consecuencia de una infeccion, otro cayó detenido por bastantes años; sus hijas lograron eludir esta situación y su quinto hijo fue asesinado la noche de Navidad de hace dos años. Ella vive constantemente con la culpa y el peso de no haber podido dar más por sus hijos, vive con el corazón partido por su hijo fallecido. Su corazón se entrega por completo a Dios y, a pesar de todo el dolor, siempre encuentra un sentido para volver a sonreírnos cuando vamos a visitarla. Nuestro corazón atento escucha sus dolores, abraza con fuerza sus penas y está, solo está!
Ella ha sido una de los pilares en nuestros campamentos de verano para los pequeños del barrio. Siempre termina ganando los corazones de los niños por el estómago y por su atención. Ama el servir junto a nosotros y siempre está pendiente de cada detalle, tal cual una bien experimentada madre. Nos da su amor y nosotros a ella, compartimos un vínculo recíproco que va más allá de una simple amistad, es Dios quien nos une y permite querernos. Hoy su vida no es la mejor, hoy su vida cuesta sobre todo al perder su salud con los años y al seguir sufriendo al pie de la cruz por sus hijos. Pero ella no abandona y su amor sigue tan vigente como siempre.
