La misión me permitió conocer muchas personas de las cuales aprender ya sea de los amigos que visitamos, de los niños como de mi comunidad.
He vivido esto pero todavía no soy consciente de todo lo que me va dejando. Siento un inmenso Gracias a Él, a María, a cada persona que dedicó su tiempo de oración, por nuestra comunidad y para darme fortaleza y a mis padrinos por su Sí.
Gracias a Dios. Por su llamado lleno de misericordia, por desorientar el corazón de sus costumbres e invitarlo a aprender de historias nuevas. Por llamarnos a vivir esto juntos y confiarnos algo que en verdad desconocemos y que lo encierra en su divino misterio.
Gracias padrinos por su Sí perseverante. Gracias por haber sido parte de esta misión.
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