Don Antonio, con unos 80 años de edad, tiene una pasión por la música, especialmente la música criolla. Tiene dos perritos pequeños que siempre saca a pasear a las 4:00 de la tarde que es obligatoriamente la hora del lonche y una buena compañía.
Siempre me causó mucha curiosidad el por qué insistia tanto para que nosotros fuéramos a tomarnos frecuentemente el lonche con él. En nuestra última visita, dentro de la conversación nos dice; "¿Saben por qué los quiero tanto?" Y responde él mismo a su pregunta: “hace un tiempo tuve situaciones muy difíciles y buscaba en todos lados y nadie me respondió, entonces ustedes fueron mi última opción y me respondieron”. Luego empezó a compartir con nosotras lecciones de guitarra que es su tesoro. Esto me hizo darme cuenta de la importancia del testimonio y del impacto que causa en la vida de los amigos, y también que ello solo es posible por la fuerza de los sacramentos y la oración que vivimos, entonces ese último auxilio era Jesús respondiendo.
