A los pocos días de empezar el apoyo escolar, una madre llegó con su hija que se llama Chiara y tiene 7 años. La vimos llegar, enseguida entró y empezó a correr sin parar. Chiara nació con algunas dificultades, lo que hace que no siempre es fácil tenerla tranquila o que haga los deberes de la escuela con atención. Para nosotros fue una alegría poder recibirla y poco a poco se transformó en la amiga de todos en el “doposcuola”. No es fácil para los otros niños hacer los deberes con ella: a veces grita o corre para cerrar las puertas porque no las puede ver abiertas o golpea la mesa o las sillas. Pero los niños cuando la ven saben que es “especial” y la quieren mucho. Hablando con uno de sus compañeros a la pregunta ¿es difícil hacer los deberes cuando Chiara está cerca?, él me respondió: Chiara es como una alarma: ¡no para nunca! Pero está con nosotros, así que “io la voglio bene, (yo la quiero mucho).
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