Una forma de mirar y vivir la vida cotidiana
- Matei, Villa Jardín

- hace 7 horas
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Matei de Rumania, acaba de terminar su misión como voluntario en la casa de Villa Jardín. Les dejamos un trecho de su discurso de despedida; lleno de gratitud por todo lo vivido:
Queridos amigos! Me alegra muchísimo verlos acá. Quiero agradecerles a ustedes por su amistad y por la apertura que tuvieron hacia mí, y también hacia la comunidad Puntos Corazón durante estos 29 años.
En Villa Jardín, tuve la oportunidad de moldear, de a poco pero con certeza, mi vida como hombre y mi vida espiritual. A través de esta misión, que de a poco dejó de ser solo una misión para transformarse en una forma de mirar y vivir la vida cotidiana —con los ojos más abiertos al presente y con el corazón más inclinado hacia el prójimo— me voy de Argentina con un verdadero tesoro de aprendizajes.
Aprendí a hacer empanadas y un poco de la técnica del asado. También aprendí algo de albañil y plomero cuando arreglamos cosas en la casa. Conocí un poco del folclore argentino: una chacarera, varias canciones tradicionales muy lindas y, por supuesto, la cumbia.
Pero quizás lo más importante es que me ayudaron a tener un corazón más feliz, más abierto a las personas que aparecen en mi vida y con más esperanza en el futuro.



















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