Silvester tatta lleva aquà unos 2 años y es fácil darse cuenta que se siente como en casa. Silvester es leproso, pero nada le impide seguir disfrutando de la vida y dar la vida por su jardÃn. A pesar de que toma medicinas todos los dÃas para frenar la lepra y no sentir dolor, cada dÃa sufre mucho especialmente en sus manos. Pero él no duda en poner sus manos al servicio de los otros, y arreglar el jardÃn con amor. Cada dÃa encuentra algo nuevo que hacer; nuevas plantas que poner, nuevas tierras que buscar, nuevas plantas que podar.
Y en esto se basa su dÃa a dÃa, en rezar, comer y disfrutar del jardÃn por amor a los otros. Y es HALUCINANTE, porque su sonrisa sigue ahÃ, cada vez que sonrÃe, estoy segura de que el Cielo sonrÃe con él. Sonrisa sincera, sin apenas dientes, sonrisa de amor, sonrisa de dolor, pero siempre sonrisa. Cada semana, cuando vuelvo al Garden, es él quién me ayuda a volver a sonreÃr, es a él a uno de los primeros que voy a saludar, porque me llena el corazón ver esa sonrisa y me hace espabilar, me hace darme más, me hace salir de mis ideas, de los agobios, de mi cansancio y dar la vida por el otro con una S O N R I S A.