Hace nada más unas semanas hemos recibido a Zyang de Vietnam, y esto ya pone en ventaja a los vietnamitas, que son mayoría en nuestra comunidad. Es increíble escuchar “la sinfonía” en nuestra mesa durante los almuerzos o cenas: algunas veces se oyen hasta 3 o 4 idiomas al mismo tiempo. Tenemos a David y Nikolaus hablando alemán, a Mihn, Joseph y Ziang hablando vietnamita, a Ange, Renau y Cesare hablando francés, Louis (que es francés, pero estuvo de misión en Chile y Brasil) y yo algunas veces hablando español/portugués; Cesare y Michael Angelo hablando en tagalo, y, por último, cuando todos hablamos juntos, en inglés.
¡Realmente, es hermoso! Creo que esta comunidad es el regalo más grande que Dios me pudo haber dado, sin contar las demás cosas que he podido vivir hasta ahora en esta misión, aquí en Filipinas.
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