Cuando nos enteramos que el hermano mayor de Baradi Amma había fallecido, fuimos a visitarla. Nos recibió con su semblante triste y nos compartió su pérdida. Luego nos preguntó qué llevábamos en la bolsa, y le dijimos que eran bloques que usamos para jugar con los niños en la visita anterior. Los sacamos de la bolsa y empezamos a “construir”, a jugar, y luego le propusimos a ella. Nos dijo que no sabía qué hacer, a lo que yo le respondí “shuma dam”, es decir: solo por diversión, lo que su imaginación le diga, y fue así que empezando a jugar su rostro fue cambiando poco a poco, y reapareció su hermosa sonrisa.
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