Semana santa en el Punto Corazón de Villa Jardín:
Recordar lo vivido durante el Triduo Pascual me hace pensar en el momento en que Jesús se acerca a los discípulos de Emaús y sigue caminando con ellos. Mas aún, al momento en que los discípulos, luego de reconocerlo, se preguntan: ¿No ardía acaso nuestro corazón?
Celebro y agradezco cada encuentro por los pasillos de la villa durante estos dias. Cada mirada cómplice intercambiada, cada sonrisa y muestra de cariño recibida gratuitamente por los más pequeños. Sus bracitos abiertos de par en par que, al acercarse, pronto se cerraban en un gran abrazo. Sus miradas invitándonos a frenar y arrodillarnos para proponernos algún juego. Escuchar cada día un “llévame a cocollito hasta mi casa”, intercambiar adivinanzas, chistes y sonrisas. Disfrutar y agradecer cada uno de esos instantes. Permanecer, contemplarlos e intentar corresponder a tanto amor. Sin dudas, la presencia de cada uno de ellos hizo arder nuestro corazón.
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