Para las fiestas patrias, decidimos organizar una gran fiesta e invitar a todos nuestros amigos. Los preparativos fueron intensos: desde invitar a todos, aprender canciones tradicionales, preparar la comida y decorar toda la casa.
Asistieron más de 70 personas. Cada una de ellas con su historia, viniendo de mundos muy diferentes, sin embargo se creó en nuestra casa una unidad inexplicable. Se podían observar muchas escenas hermosas, como Don Luis, que es ciego, y Señora Ana , que no puede casi caminar, conversando con sus vecinos Tito y Pola después de muchos, muchos años.
Para algunos de ellos, nuestra fiesta fue la única oportunidad de salir de las cuatro paredes, en las que están encerrados debido a su enfermedad, como Señora Luisa o Laurita. Fue hermoso ver todas esas sonrisas, los niños bailando, las conversaciones interminables. Organizamos este evento pensando en ellos, para mostrarles que son importantes y especiales para nosotros. Y tengo la profunda convicción de que así se sintieron.
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